
Siguiendo con la historia de los mangas japoneses nos encontramos ahora en una nueva era donde los mismos se han expandido a fines de los 80 y principios de los 90 por todo el mundo al punto de hacerse conocidos por millones de personas alrededor del globo. Continuemos viendo cómo y porqué ocurrió esto...
Trás el éxito de la película "Akira", basada en el manga del dibujante Katsuhiro Otomo publicado en 1982, en 1988 se difundió mundialmente y comenzó a aumentar de forma explosiva. El gran éxito de esta película en Occidente venía precedido de una tradición en aumento de emitir anime japonés en las cadenas de televisión europeas y estadounidenses. Ya en los años 60, Osamu Tezuka había vendido los derechos de emisión de su primer Astro Boy a la cadena estadounidense NBC consiguiendo un éxito notable entre la audiencia infantil. Posteriormente, se sucedieron las series de animación Mazinger Z, Great Mazinger o Grendizer, siendo esta última un estallido mediático en Francia, donde se la conocería como Goldorak. Todas ellas se basaban en las historietas del mangaka Gō Nagai, actual magnate de un imperio de distribución editorial. En la década de 1980, empezaron a destacarse series de otra índole, como The Super Dimension Fortress Macross, parte del compendio de series conocido en Occidente por Robotech, obra de Carl Macek, o la revisión de Osamu Tezuka de Astroboy pero en esta ocasión vuelta a filmar en color y con aires más modernos. A ésta se sumó la saga épica Gundam.
Pero aquí podríamos decir que nace realmente el manga y porque no en otro ámbito, el anime también. Y es que otro de los autores más relevantes en este apogeo mediático de finales de los ochenta y principios de los noventa, fue el mangaka Akira Toriyama, creador de las famosas series Dragon Ball y Dr. Slump, ambas caracterizadas por un humor picante, irreverente y absurdo (aunque la primera de ellas se caracterizó más por un contenido de acción que de humor). Tal fue el éxito de estas dos obras que en algunos países europeos llegaron a desbancar de las listas de ventas al cómic estadounidense y nacional durante bastantes años. Este fenómeno fue más marcado en España, donde Dragon Ball vendió tantos ejemplares que se la considera la historieta de origen extranjero más vendida de la historia. La revista Shōnen Jump fue el canal por el cual el manga se dio a conocer en Japón.
Por otra parte, además de Akira
Toriyama, hay otros mangakas que crearon varios mangas y que luego se
convirtieron en animes de los más clásicos. Tsukasa Hōjō (Slam
Dunk), Rumiko Takahashi (Ranma ½), Masami Kurumada, mangaka que
se coronó con su grandiosa obra Saint Seiya (Los caballeros
del Zodiaco) el cual tiene muchos seguidores hasta el día
de hoy, Kurumada es uno de los mangakas más reconocidos por sus grandiosas
obras inspiradas en la mitología de distintas culturas; y Naoko Takeuchi (Sailor Moon), por citar a algunos.
Pero... ¿cuál fue el impacto que tuvieron al llegar a occidente? Simple, cuando se comenzaron a traducir algunos títulos de manga, se les añadía color y se invertía el formato en un proceso conocido como "flopping" para que pudieran ser leídos a la manera occidental, es decir de izquierda a derecha. Sin embargo, varios creadores (como Akira Toriyama), no aprobaron que sus trabajos fueran modificados de esa forma, ya que se perdía la esencia de la imagen y el encuadre original, y exigieron que mantuvieran el formato original. Pronto, como consecuencia de la demanda de los fanáticos y la exigencia de los creadores, la mayoría de las editoriales comenzó a ofrecer el formato original de derecha a izquierda, que ha llegado a convertirse en un estándar para los lectores de manga fuera de Japón. También es frecuente que las traducciones incluyan notas de detalles acerca de la cultura del Japón que no resultan familiares a las audiencias extranjeras y que facilitan el entendimiento de las publicaciones.
La influencia del manga es muy destacable en la industria de historietas original de casi todos los países del Extremo Oriente e Indonesia. Al día de hoy el manga también se ha consolidado en la sociedad occidental debido al éxito cosechado durante las décadas pasadas, dejando de ser algo exclusivo de un país para constituirse en un fenómeno comercial y cultural global, en competencia directa con la hegemonía narrativa estadounidense y europea.
El ejemplo más claro de la influencia internaciónal del manga se encuentra en el denominado amerimanga, es decir, el conjunto de artistas fuera del Japón que han creado historietas bajo la influencia del manga y el anime japonés pero para un público estadounidense. Y es que el manga se ha vuelto tan popular que muchas compañías fuera del Japón han lanzado sus propios títulos basados en el manga. En otro sentido, la editorial estadounidense Marvel Comics llegó a contratar al mangaka japonés Kia Asamiya para una de sus series bandera, Uncanny X-Men. Sin embargo, lo más importante de todo es que gracias a la irrupción del manga en Occidente, la población juvenil de estas regiones ha vuelto a interesarse masivamente por la Historieta como medio, algo que no sucedía desde la implantación de otras formas de ocio como la TV.
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Ejemplo de amerimanga |
El manga en Japón es un auténtico fenómeno de masas. Un único dato sirve para ilustrar la magnitud de este fenómeno: En 1989, el 38% de todos los libros y revistas publicados en Japón eran de manga.
Como se puede suponer por esta cifra, el manga no es sólo cosa de jóvenes. En Japón hay manga para todas las edades, profesiones y estratos sociales, incluyendo amo/as de casa, oficinistas, adolescentes, obreros, etc. El manga erótico y pornográfico (hentai) supone una cuarta parte de las ventas totales. Desde 2006 existe en la ciudad de Kyoto el Museo Internacional del Manga de Kioto, que constituye una novedad al ser el primero de su género. En la actualidad cuenta con 300.000 artículos y objetos relacionados con la materia, de los que se distinguen especialmente los 50.000 volúmenes con los que cuenta la colección del museo.
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